De la hiperconexión a la conexión humana…

Esta semana ha sido un viaje fascinante entre dos mundos…

Por un lado inmersa en el Mobile World Congress, rodeada de tecnología punta y la promesa de un futuro hiperconectado, con todo un torbellino de innovaciones, gadgets y la última palabra en inteligencia artificial…

Pero ayer mi realidad me llevó a un escenario completamente diferente: la jornada de Corresponsables, donde el propósito y la sostenibilidad eran los protagonistas. Y es que, como consultora de comunicación con mi marca Maco&Co, sé que el propósito es la esencia de cualquier marca y la fuerza que la impulsa.

Este contraste me hizo reflexionar.

En un mundo cada vez más tecnológico, ¿dónde queda el factor humano? ¿Cómo podemos usar la innovación para construir un futuro mejor, no solo más conectado? Y, sobre todo, ¿es la tecnología un obstáculo o una aliada para el propósito?

Creo que la respuesta está en el equilibrio.

La tecnología, por sí sola, no es ni buena ni mala. Es una herramienta poderosa que puede usarse para conectar, innovar y resolver problemas, pero también para amplificar desigualdades o dañar el planeta.

Lo que realmente importa es la intención con la que se usa. Las empresas que vi en Corresponsables demuestran que la tecnología y el propósito pueden ir de la mano. Pueden usar la innovación para reducir su impacto ambiental, crear productos más sostenibles o promover la inclusión social.

Apoyar este evento me permitió reafirmar mi propio propósito: usar la comunicación para construir puentes entre la tecnología y la humanidad. Y es que creo que podemos usar la innovación para impulsar un cambio positivo, y que la comunicación es clave para lograrlo.

Me llevo la energía del MWC, la inspiración de Corresponsables y la convicción de que podemos crear un futuro donde la tecnología y el propósito vayan de la mano.

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